miércoles, 8 de septiembre de 2010

Independencia: Micaela Bastidas, revolucionaria

Micaela Bastidas Puyucawa, quien es natural de la ciudad Pampamarca-Cuzco, nació en 1745,  de origen afro-andino por ser hija del africano Manuel Bastidas y la indígena Josefa Puyucawa.[1] Asimismo, no podemos recopilar información sobre la infancia de Micaela, pues no encontramos información necesaria para ello. El 25 de mayo de 1745 a los quince años se caso con José Gabriel Condorcanqui- Túpac Amaru II. Además, como se sabe ha sido una mujer revolucionaria, pues en compañía de su esposo  dieron partida a la más grande rebelión contra los españoles durante el Virreinato. Esta heroica mujer tuvo tres hijos Hipólito el primogénito, Mariano y Fernando, se puede decir que fue valerosa en el lado conyugal y familiar.
El previo al conflicto fue porque Túpac Amaru reclama su reconocimiento como cacique así como ciertas certificaciones que era legítimo. Ante ello, se puede mostrar una carta en el cual José Gabriel Condorcanqui relata la situación por el cual atraviesa la gente indígena que fue sacada de l libro del autor Antonio Gutiérrez escudero:
 

“… los corregidores nos apuran con sus repartos hasta dejarnos lamer tierra: parecen que van de apuesta para aumentar sus caudales  en ser unos peores que otros… son los corregidores tan químicos que en vez de hacer de oro sangre que nos mantengan, hacen de nuestra sangre sustento de vanidad. Viéndose, pues, su difícil cumplimiento, nos oprimen en los obrajes, chorrillos y cañaverales, cocales, minas y cárceles en nuestros pueblos… los hacendados viéndonos peores que ha esclavos, nos hacen trabajar desde las dos de la mañana hasta el anochecer que [a]parecen las estrellas, sin mas sueldo que dos reales por día, fuera de esto nos presionan los domingos con faenas, con pretexto de apuntar nuestro trabajo, que por omisión de ellos se pierde y con echar vales parece que pagan. Yo que he sido cacique tantos años he perdido muchos miles, así por que me pagan tan mal en efectos, y otras veces nada, por que se alzan a  mayores” (GUTIERREZ 2010: 207)

Como se muestra en la cita, el fastidio de Condorcanqui llevo a este a pronunciar su reclamo del abuso de trabajo que se le hace a los indios en las minas; ante esto la audiencia en Lima respondió negativamente a los pedidos de Túpac Amaru, lo cual incentivo a la lucha de Túpac Amaru y los rebeldes, contra la legión española. Esta rebelión emprende en la plaza mayor de Tungasuca después del aprisionamiento del corregidor Arraiga de la ciudad de Tinta, el diez de noviembre de 1980.[2]  Los españoles escaparon a Cuzco ante la vista de los rebeldes, Túpac decidió en ese momento no atacar Cuzco, ya que no contaba con las suficientes municiones para hacerlo. Micaela acompaño rotundamente en las decisiones que tomaba Túpac; para ella su marido era un ser a seguir, pues compartía la misma ideología. Esta mujer integro “El Consejo de los Cinco” quienes eran las personas que aconsejaban a José Gabriel Condorcanqui ante la lucha contra los españoles, de esta manera Micaela ayudaba en la motivación de seguir con la revolución. Ambos esposos se trataban con cariño  y prueba de ello son las cartas en donde se puede apreciar que los dos se tratan con abreviaturas de sus nombres como son los de Chepe (José Gabriel) y Mica (Micaela) que expresan su amor. Una de las más famosas cartas que se puede observar el coraje, organizadora y consejera de tácticas guerreras es en la que dice: “ Chepe mío, estas perdiendo el tiempo; hasta cuando me vas a llenar de pesadumbres:; por que te equivocas o por que no marchas al Cuzco”. Sin embargo, se sabe que era analfabeta  por eso necesitaba de un escritor, Mariano Banda, que sea de su mayor confianza.[3] Túpac Amaru al hacer caso omiso aquella carta, cometió un error enorme, pues le costo la libertad americana y la vida de su familia y de él mismo. Micaela tuvo que presenciar la muerte de su hijo, sufrimiento doloroso de madre, y se le aplico la pena de “garrote vil” que consistía en torturarla con látigos y recibió pateaduras en su vientre y senos, dándole así un sufrimiento más doloroso en inhumano. Micaela Bastidas, por tener el cuello delgado, no pudieron ahorcarla tradicionalmente con el tablado, sin embargo, lo hicieron con un látigo amarrado en su cuello para poder asfixiarla hasta que fallezca. Asimismo, por ser una mujer fuerte no le pudieron cortar su lengua estando viva pero si luego de su agonía.



[1]  Cfr. Giudici 2010: 23
[2]  Cfr. Gutiérrez 2006: 210
[3] Cfr. Madrazo  2010: 11
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Bibliografía:

GIUDICI, Silvana (2010) Las mujeres Homenaje en las calles de puerto madero. (consulta: 12 de octubre 2010) (http://www.cecies.org/imagenes/edicion_123.pdf )


GUTIERREZ ESCUDERO, Antonio (2006)  Tupac Amaru II, sol vencido: ¿el primer percusor de la emancipación? (consulta: 14 de octubre 2010) (http://redalyc.uaemex.mx/pdf/282/28281515.pdf )

CHAUCA ARRARIAN, Rubén (1980)  Micaela Bastidas



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